La actualización de los planes de estudio para la formación inicial de maestros basa sus esfuerzos en una educación de calidad, la cual implica el dominio de los enfoques, fundamentos y orientaciones pedagógicas que correspondan con el currículo de la educación básica para favorecer la resignificación de su papel en la transformación educativa del país.

Por lo cual, es importante reflexionar los conocimientos, habilidades, actitudes y los valores necesarios que orienten una práctica docente situada de alta calidad, en la cual se cristalicen los saberes pedagógicos construidos en la formación inicial del docente para incidir significativamente en el proceso de aprendizaje de las futuras generaciones.

Todo ello, mantiene correspondencia directa con las premisas actuales de admisión al servicio docente, el cual, conforme a lo dispuesto en el artículo 3° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se debe promover en igualdad de condiciones, de manera pública, transparente, equitativa e imparcial, con la finalidad de apreciar los conocimientos, aptitudes y experiencia necesarios que den cumplimiento del perfil profesional necesario que garantice el derecho a la educación con un enfoque de derechos humanos e igualdad sustantiva, la corresponsabilidad y el impulso de transformaciones sociales dentro de la escuela y en la comunidad.

En dichas circunstancias, es necesario reflexionar los saberes, conocimientos, habilidades y aptitudes que los docentes en formación inicial necesitarán desplegar en las distintas etapas de su trayectoria profesional en servicio al promover un acto educativo centrado en la formación integral y el máximo logro de aprendizaje de los estudiantes de educación básica en un marco de inclusión, interculturalidad y equidad educativa.

Por ende, la oportunidad formativa que se establece en la modalidad de taller, incide directamente en la consideración de una formación inicial docente que promueva la comprensión de los contextos escolares y comunitarios, los planteamientos de la legislación vigente en materia educativa en la promoción de una educación pública basada en la justicia social, democracia, inclusión, interculturalidad y equidad conforme los principios filosóficos, éticos y legales de la educación mexicana.

En concordancia, es necesario valorar en la formación inicial del docente la capacidad para gestionar el conocimiento de las características y necesidades educativas de los estudiantes de educación básica como base para el desarrollo de la práctica docente, la puesta en marcha de estrategias que le permiten brindar una atención educativa incluyente y equitativa considerando los planteamientos vigentes que el permitan alcanzar la formación integral, participación y el máximo logro de aprendizaje del estudiantado.

Asimismo, es conducente reflexionar en la formación inicial del docente, la competencia para gestionar ambientes de aprendizaje favorables para la construcción de saberes y la participación de los alumnos de educación básica de acuerdo con sus capacidades, intereses y necesidades educativas; sin obviar, la necesidad de evaluar de manera permanente su desempeño, a través de diversas estrategias que den cuenta de los avances y retos en la formación de los estudiantes, así como en la intervención educativa.

De igual forma, conviene destacar en la formación inicial del profesorado, la movilización de sus saberes pedagógicos en la participación y colaboración para la transformación de la escuela y comunidad, su contribución en la construcción de una cultura de colaboración orientada hacia la mejora de la práctica educativa, el involucrar a las familias del alumnado para el ejercicio de una nueva ciudadanía que priorice la justicia social desde su diversidad en la construcción de la identidad, dignidad humana y los aprendizajes de los estudiantes; así como de los docentes en formación